Con la nueva Ley de Portabilidad Financiera, las personas y las micro y pequeñas empresas podrán cambiarse de proveedor de productos financieros como cuentas corrientes, tarjetas de crédito, créditos hipotecarios, de consumo y automotrices, siguiendo un modelo similar al utilizado en la portabilidad numérica utilizado en telefonía móvil.